Si subimos desde la carretera de El Campello, nada más llegar a Aigües observamos la gran pinada que lleva su nombre, siendo recibidos por el Pino Manolo,un pino carrasca de una edad estimada en 135-140 años y 16 metros de altura, que durante décadas es un lugar de encuentro de niños y mayores.

Podemos aparcar nuestro coche junto al Polideportivo para llegar paseando a ver las Escuelas un edificio construido en su totalidad en piedra y madera en 1926, que debidamente transformado sigue dando uso hoy día.

A nuestra izquierda, en el parque veremos el mural “Arados” de ARCADIO BLASCO. El autor espuso expuso sus últimas obras en Aigües y aquí los escolares realizaronsu obra póstuma, un mural en cerámica de 4 metros de largo por dos de alto que consta de 105 pequeñas losas basado en un boceto suyo. Ésta obra que tiene los colores de la tierra desarrolla la última línea de trabajo de Arcadi Blasco sobre los aperos de labranza, ya que su familia era agricultora

Volvemos sobre nuestros pasos para buscar la Calle Mayor, donde repiraremos el ambiente de pueblo de montaña tranquilo y acogedor, siendo éste el eje comercial y el mejor lugar para disfrutar de las entradas en los Moros y Cristianos, una fiesta que no hay que perdérsela.

Llegamos a la Plaza de la Iglesia , el punto central de cualquier actividad, especialmente en días de fiesta, pero también punto de salida para realizar las numerosas excursiones por los senderos del municipio.

En la plaza veremos la iglesia de San Francisco de Asís que data de 1755 aunque se reconstruyó en el XIX.

En el interior la obra más importante es un lienzo sobre lino de seis fragmentos donado por la Marquesa del Bosch denominado “ San Francisco en la Porciúncula”. Es una obra del gran maestro lorquino Fray Antonio de Villanueva, fechada por Vidal Tur en 1770.

La torre es de 1886 y en ella destaca el reloj cuya autoría es del célebre relojero madrileño Antonio Canseco.

Cerca de allí nos dirigiremos a la Torre de Aigües. Enclavada en lo alto de un pequeño cerro, en el cual se han ido construyendo una serie de casas que ha pasado a llamarse Barrio de la Torre. Éste monumento de planta cuadrada y declarado BIC en 1986 fué construído a finales del siglo XIV como una torre defensiva y de vigilancia, hecha en manpostería y con sillería en las esquinas. Presenta como elemento decorativo residuos de fundición de hierro incustrado en el mortero de las juntas de los manpuestos.

A sus pies se han encontrado diversas monedas romanas y fragmentos cerámicos de época medieval e inicios de la época moderna, entre ellos platos de reflejo dorado, cerámica con decoración en azul y dorado, cerámica común y de cocina.

Callejeando un poco iremos a visitar el antiguo Lavadero público recientemente restaurado. Construido en el siglo XIX , incluye una fuente, una balsa y un abrevaoero para animales. Está realizado en su totalidad en piedra y madera.

De allí volveremos a la plaza y podremos ir a comer a cualquiera de los diversos establecimientos en los que tenemos una amplia variedad gastronómica para elegir.